El control y autocuidado con los lunares es fundamental para el control y pesquisa del cáncer de piel.
Ante la común consulta: Doctor, ¿Cuándo debo ir al dermatólogo? He preparado un instructivo sobre los signos de alerta que el paciente tener presente a la hora de decidir si ir a consultar o no por un lunar determinado.
Existe un consenso internacional que simplifica mucho las banderas de alerta a la hora de decidir acudir a una consulta dermatológica:
El “A – B – C – D – E” de los lunares, que es muy fácil de recordar:
- Siendo la “A” la asimetría, si yo tengo un lunar que es asimétrico debiese consultar.
- Si yo tengo un lunar que tiene bordes, por la “B” irregulares, tengo que chequearme.
- Si tengo un lunar que tiene cambios de coloro no es homogéneo, sería la “C”, tengo que consultar a un dermatólogo para que evalúe el riesgo de cáncer de piel de este tipo de lunares.
- Si tengo un lunar que tiene un diámetro superior a 6 milímetros, por la “D”, debo consultarle a un dermatólogo sobre todo por el cáncer de piel más temido, que es un melanoma.
- Si tengo un lunar que ha cambiado de forma, que ha evolucionado de forma rápida en los últimos meses, obedece a la “E”, también tengo que consultar a un dermatólogo.
Por eso, usamos esta nemotécnica ABCDE: Asimetría, Bordes, Cambio de color, Diámetro mayor a 6 mm y Evolución en el tiempo.
